sábado, 19 de noviembre de 2016

Saludo y bienvenida



¡Levántate y brilla, Jerusalén!








La Alabanza ocupará eternamente nuestro tiempo.

La Alabanza será la única tarea del Pueblo de Dios.

“Ya no te vas a llamar más pueblo abatido sino que, de ahora en adelante, tu Nombre será Alabanza”  (Cf. Isaías 60,18)

La Alabanza es el tesoro escondido que puede cambiar nuestras vidas. Es mejor caminar por la senda de la Alabanza que por el camino de la continua queja y lamento.

Desde la historia de cada uno, con todo nuestro ser: Alabemos.

Tu nombre es Alabanza, el Nombre Nuevo, para ensalzar, celebrar, elogiar y amar a Dios.

Lo que necesitas en este momento  es un encuentro con el Señor.