En el año del Señor de 1264 el Papa Urbano IV instituyó en la Iglesia una fiesta universal para celebrar y dignificar el misterio de la Eucaristía.
A este fin, había encargado al dominico Fray Tomás de Aquino escribir el texto litúrgico para el Oficio y la Misa del Corpus. Y resultó que el Pontífice, asombrado por la belleza y profundidad de los himnos y secuencias que Santo Tomás le presentó, unió su Bula (Transiturus de hoc mundo) a la hermosa obra que el fraile había compuesto. Así nació oficialmente la fiesta del Corpus Christi.
Teólogo, liturgo y poeta, nuestro Santo Tomás volcó toda su alma en este encargo papal y nos lo legó a la posteridad.
Que la lengua humana
cante este misterio:
la preciosa Sangre
y el precioso Cuerpo.
Quien nació de Virgen
Rey del Universo,
por salvar al mundo
dio su Sangre en precio.