Tus ojos, como las piscinas de Hesebón (Cantar de los Cantares)
Muchas veces nos hemos preguntado cómo serán los ojos de la Virgen María, los de Ella, que estaban destinados a contemplar al propio Dios.
Los ojos de María, todo lo que Ella mira, todo aquello que reflejan y esconden sus pupilas, se nos antoja como uno de los mayores misterios.
Sus ojos son piscinas, estanques para saciar la sed de infinito, fuentes para beber.
En los ojos de María queremos refrigerar todas nuestras ansias de amar y ser amados. Esos ojos de María que son capaces de purificar la sombra de nuestra ignorancia y descubrir en Ella las verdades más profundas de los abismos de la divinidad.
Los ojos de María son las puertas de la Ciudad de Dios, lugar que soñamos feliz, refugio para los pecadores y amor sin medida.
¿Qué será poder contemplar los ojos de su alma?