Decía el cardenal Suenens: Sabemos que el Espíritu Santo está en el corazón de la Iglesia pero, además, nos gustaría conocer hacia qué futuro nos conduce.
Celebrando este Jubileo de Oro, no sabemos a ciencia cierta el porvenir de la Renovación Carismática Católica. Somos más de 120 millones de católicos en 240 países los que, a través del Bautismo en el Espíritu Santo y la Alabanza, hemos visto transformada nuestra vida.
El Espíritu revistió a los apóstoles de la misma fuerza de Dios con esa acción maravillosa del Defensor y Ayudador. Comenzaban unos tiempos nuevos en los que el Espíritu tendría un papel protagonista en el Reino de Dios. Como en el primer Pentecostés de la historia, sentimos la poderosa presencia del Espíritu Santo y del Fuego, perseverando en la oración junto a la Madre, sin Ella no habría Pentecostés; Ella fue y sigue siendo la gran orante que sostiene nuestra fidelidad en el cenáculo de cada día.
Congregados en torno a la Madre, le confiamos nuestro futuro y la hermosura que supone poder formar parte de esta corriente de gracia que, con ilusión, celebra sus 50 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.