jueves, 5 de diciembre de 2019

El Rey Divino


El Dios Niño en brazos de su Madre, dulzura eterna para aquellos que vivimos inmersos en el paso del tiempo.
Ver a Jesús, el Rey Divino, en los brazos de su Madre y en los brazos de la cruz. Ver a Jesús, manso y humilde, tambaleándose por el Monte Calvario, es Dios mismo que parece caerse a cada momento por los golpes, las pedradas, los insultos, pero es más Rey que nunca en el más grande de todos los imperios.
Los brazos de la Madre. Ella, elegante, majestuosa, serena, distinguida y divina. Así nos sentimos perdonados y limpios y, si lloramos, hasta el mismo llorar nos purifica y da fuerzas.
El Rey Divino en brazos de su Madre Reina como el gran altar del mundo.
 

miércoles, 4 de septiembre de 2019

La Bodega de la Santa Abuela

 
Hablo de  Santa Juana de Aza, madre de Santo Domingo de Guzmán.
A ella pedimos por todas nuestras familias, las  que viven en la felicidad y por las familias que, rotas y divididas, les falta el vino del amor y del respeto.
Recogió la noticia del milagro un fraile dominico del siglo XIII llamado fray Rodrigo de Cerrato: La madre de Domingo era muy compasiva. Estando ausente su marido, contemplando la angustia de los necesitados, y tras dar muchas cosas de lo suyo, repartió entre los pobres un tonel que tenía lleno de un vino muy bueno. Ya de regreso su esposo, acercándose a Caleruega, le salieron al encuentro sus vecinos y le contaron lo del vino distribuido a los pobres. Llegándose a casa y presentes los vecinos, pidió a su mujer que les hiciera servir vino de dicha cuba. Y Juana de Aza oró fervorosamente al Señor, puesta de rodillas en la bodega, se produjo el milagro: y se dirigió al tonel y lo encontró rebosante de un vino exquisito. Y dando gracias a Dios, hizo repartir aquel vino a su marido y a los demás presentes. Todos quedaron admirados.
   Juana es Patrona de los viñedos de Caleruega, Aranda del Duero y los alrededores de su pueblo natal de Aza. El pueblo llano, siempre por delante (voz del pueblo, voz del cielo) le otorgó el título de santa.
Juana de Aza falleció en Caleruega entre los años 1202 y 1205, sus vasallos enterraron su cuerpo en la iglesia parroquial, donde le construyeron una pequeña capilla. Y es que, tiempo más tarde, sus restos fueron trasladados al panteón familiar del Monasterio de Gumiel de Izán; a mediados del siglo XIV fueron llevados al Convento de dominicos de Peñafiel, en la suntuosa iglesia levantada en su honor por su pariente, el Infante don Juan Manuel. Actualmente, el cuerpo de Santa Juana está bien custodiado en el Monasterio de Dominicas de Caleruega.
Lo dicho, pidamos su intercesión por todas nuestras familias. Nosotros, los dominicos y dominicas, cariñosamente la llamamos: la Santa Abuela Juana de Aza.
 
 

martes, 2 de julio de 2019

Desde Vietnam

 
 
 
 Desde el 7 de julio al 4 de agosto nuestra Orden celebrará su 290º Capítulo General. Este importante evento tendrá lugar en la ciudad de Biên Hoá, en la región sureste de Vietnam.
Este logotipo del Capítulo General de la Orden de Predicadores del presente año 2019, nos muestra dos imágenes-metáfora bien significativas para aunar el carisma de la Orden  con la milenaria cultura vietnamita. La capa negra de nuestro hábito acogiendo el loto blanco, la flor nacional llena de belleza y misterio, la perfección de la mente y del alma. Nuestros hermanos vietnamitas nos saludan.

 

martes, 4 de junio de 2019

El resplandor de Pentecostés



No deja de asombrarme el empeño de Dios por humanizarse a través de  la carne de María, sin esa verdad, el mundo estaría perdido.
Cuando el Señor resucitado hubo subido al cielo, los apóstoles regresaron a Jerusalén y, acompañando a María en oración, esperaron todos la venida del Espíritu prometido. Espíritu santificador, el Auxiliador que les llevaría a las calles y las plazas para predicar el Evangelio.
Jesucristo escogió a su Madre para acompañar a los creyentes en el camino de la fe, para que Ella mantuviese vivo el fuego del hogar de los hijos de Dios. La Madre viene a ser como un rescoldo, Virgen Santa, Maestra de Vida que, en vigilante súplica, aguarda con todos nosotros la segunda venida del Señor.
El resplandor del último y definitivo Pentecostés iluminará todo lo que ocultan las tinieblas y los poderes del mal. Sólo entonces, aparecerá en el cielo un jinete blanco revestido con un manto empapado en sangre, el Rey de reyes y Señor de señores. Ese será el día de la victoria final.

jueves, 2 de mayo de 2019

Las rendijas de la madurez

 
 
Muy a menudo, esta memoria del alma que, tan inesperadamente aflora en nuestro interior, nos va adentrando en el mar de la vida que echamos de menos. Y nos sentimos como fuera de tiempo. Y añoramos el pasado, las infancias y dulces amaneceres, los paisajes de amapolas entre espigas.
Por las rendijas de la madurez se nos cuelan melancolías  de  jardines tempraneros, perfumados rosales y sándalo recién cortado.
Los recuerdos y su misterio. Difusamente vamos descubriendo que, aún siendo tan nuestros, hemos ido perdiendo por el camino los abrazos, los besos, las canciones,  las dulces inquietudes que supieron cuajar de embeleso nuestra niñez.
Es cruel la memoria del alma cuando sólo nos conformamos con el peso de los pensamientos rotos.
Pero, menos mal que, en cada dolor metido en vena, en cada desconsuelo inoportuno, seguimos luchando por la felicidad.
 
P.D. Muchas gracias, María, por compartir esta foto que tanto me gusta.
 
 

viernes, 5 de abril de 2019

¿Morará Dios en nuestra tierra?

 
 
 
  No sé cuándo ha sido la última vez en que te has sentido sobrecogido por la belleza y el misterio de una iglesia o, tal vez, por la callada hermosura de una diminuta ermita de pueblo. Ciertamente, no se puede describir lo que uno siente.
Traigamos a la memoria la preciosa oración de Salomón mientras la nube llenaba la Casa de Yahvé: ¿En verdad morará Dios en esta tierra? Los cielos y los cielos de los cielos, no son capaces de contenerte. ¡Cuánto menos en este templo que yo te he edificado! Pero, a pesar de todo, Señor, ten tus ojos abiertos noche y día sobre este lugar cuando oremos aquí. (II Crón.6)
En nuestro mundo, el templo cristiano viene a ser como un pequeño destello de lo que será la ciudad definitiva, el santuario celestial de la gloria sempiterna. Peregrinamos al Templo que es Jesucristo, porque nuestro Dios habita en medio de nosotros con la plenitud de su divinidad. Como piedras vivas que somos, ya participamos en la construcción de este edificio sagrado que, en sus cuatro dimensiones, tiene forma de Cruz.
¿Habitará Dios en esta tierra nuestra, tan herida, socavada por la injusticia, lacerada de tristezas y lágrimas?
Desde que María acogiera la encarnación del Hijo de Dios en su seno, Jesucristo sigue siendo el Templo perfecto de Dios. Los Evangelios señalan que, cuando el Hijo murió en la Cruz, el velo del templo de Jerusalén se rasgó en dos mitades. Al resucitar, este Templo divino será reedificado en la noche del Exultet.
 

sábado, 9 de marzo de 2019

Domus Aurea (II)


En verdad que el grandioso templo que Salomón mandó edificar debía de ser asombroso. Su padre, el rey David, había ido guardando  bronce, piedras preciosas, madera, mármol y hierro, además de tres mil talentos de oro y siete mil de refinada plata. Grandiosas piedras fundamentaron todo el edificio que se iba construyendo en el Monte Moria o Monte Sión. Artesonados de madera de cedro, paredes hermosísimas que resplandecían con el fulgor del oro, ese oro que, por escasear en Palestina, fue importado de Ofir, famosa por la calidad de su oro, su plata, marfil y el mágico sándalo. Incluso nos asombra cuando se dice que, hasta el mismo suelo, se hallaba revestido con planchas doradas. Por todo esto, no resulta chocante que, con toda propiedad, el Templo de Jerusalén  sea también llamado Casa de Oro.
El oro es el más preciado de los metales, siempre mantiene viva su belleza, no se oxida, es brillantísimo y, desde antiguo, base en la acuñación de las monedas. Bien sabemos que las riquezas de las naciones se siguen midiendo por el oro que poseen. Este, el más noble de los metales, representa la abundancia y la dignidad. A pesar del paso del tiempo, el oro permanece inalterable, como lo perfecto, como lo eterno.
María es oro por su esplendorosa belleza, humildad y sabiduría. La Madre brilla para nosotros y nos ilumina el camino entre las tinieblas del mundo.
El oro también significa permanencia. Ella es refugio constante para todo el género humano, atalaya que avisa y protege a los que navegamos en este proceloso mar de la vida. Porque, aunque fue preservada del pecado original, no quedó exenta de atravesar la noche de la fe y de sufrir  la espada del dolor que, con tanta elegancia, aceptó como Corredentora.
Por eso y por mucho más: ¡Domus Aurea, ora pro nobis!
 

jueves, 7 de febrero de 2019

Domus Aurea (I)

 
 
 
Sucedió en una noche del verano del año 64 de nuestra era. Roma estaba ardiendo mientras Nerón acusaba de ello a los cristianos. En la zona destruida por las llamas, el perverso emperador construyó después su nueva residencia, la llamada Domus Aurea, de gran extensión, con hermosos jardines, su propio bosque y hasta un lago artificial. Sus sucesores quisieron borrar la memoria de Nerón y, para ello, abrieron al público la zona verde y sobre el lago construyeron el Coliseo. Mucho más tarde, ya en la época del Renacimiento, se puso al descubierto la gigantesca obra del emperador: paredes revestidas del mejor y más lujoso mármol, con techos y cúpulas de oro, filigranas de marfil y cantidad de piedras preciosas.
En las Letanías Lauretanas se nos ofrecen 150 títulos para honrar a la Madre de Dios. Las Letanías del Rosario, no son sino alabanzas o piropos que regalamos a María. Entre estos elogios está el de Domus Aurea (Casa de Oro o Casa Dorada).
Como la Ciudad Santa de la que nos habla el Apocalipsis, María fue revestida con el oro puro de su hermosura sobrenatural. Domus - Templo, Ella es la Casa que ya estaba prevista desde antes de la creación para que el Hijo de Dios tomara carne humana.
María es Casa de Dios, Morada del Altísimo. María es el Palacio de Oro del gran Rey.
Ella, como excelsa cooperadora en la obra de la encarnación del Verbo, es fortaleza, refugio, cobijo, descanso y casa. La palabra Casa - Domus, es citada más de dos mil veces en la Biblia.
Construido por el rey Salomón alrededor del año 960 antes de Cristo, el Templo de Jerusalén representaba la magnificencia del culto. En su altar de oro se quemaba el incienso. María, con su contemplación, se ha convertido para todos en incienso perfumado. Como el Arca de la Alianza en el lugar del Santo de los Santos, la Madre se nos muestra como el Trono de la Gracia, lugar del encuentro, al que siempre podemos acudir confiadamente.


lunes, 7 de enero de 2019

Seguir, a pesar de todo


 
 
 
 
Cada día salimos a la vida para recomenzar, subiendo la cuesta, tal vez, inevitable como la gran prueba de nuestra fragilidad. Es el camino de lo cotidiano, la cuesta arriba, desafiante ante nuestra pequeñez.
Muchas veces nos encontramos al borde del abismo, son nuestras frustraciones, nuestros desencantos, miedos y cobardías, cuando ya no se puede más. Las zozobras interiores son esas piedras que nos hacen tropezar y que también forman parte del camino.
Y, de repente, aparece lo inesperado, la sorpresa que nos anima a seguir caminando la existencia: por aquellos a quienes amamos volveremos a empezar.
La condición humana, el destino, la aventura de la vida es así. Pero seguir, seguir siempre y, a pesar de todo, conservar la ilusión frente a un cielo sin límites.