viernes, 17 de marzo de 2017

El silencio de Dios

 
 
Dios le habló en sueños y San José obedeció en la oscuridad de la fe y en el desierto de la vida.Y obtuvo el don de la fortaleza interior para saber aceptar en su corazón ese misterio divino que superaba sus fuerzas humanas.
 
En la Exhortación Apostólica Redemptoris Custos, el Papa Juan Pablo II señala que.: La vida de María fue el cumplimiento hasta sus últimas consecuencias, de aquel primer fiat pronunciado en el momento de la anunciación, mientras que José, en el momento de su anunciación no pronunció palabra alguna. Simplemente, él hizo como el ángel del Señor le había mandado.
 
         La sabiduría de San José está en su vida escondida.
         La grandeza de San José es: ser el Silencio de Dios.
 
            ¡Bienaventurado José, amparo de nuestras familias!
 

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